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El papel de las redes sociales en el proceso terapéutico

Ser adolescente en la sociedad actual, donde la virtualidad y las redes están presentes en el día a día de los jóvenes, no es nada fácil.


Como dice el psicólogo Jaume Funes en su libro Ámame cuando menos me lo merezco porque es cuando más lo necesito, la adolescencia no deja de ser un invento moderno de nuestra sociedad en el primer mundo. La pubertad sí es un cambio físico que ha existido siempre en todas las culturas y sociedades, pero la adolescencia surge en el momento en que hay una transición de la vida de niño a la de adulto.


En culturas menos desarrolladas, los niños acceden en plena pubertad a la vida adulta por necesidad. En nuestra sociedad competitiva y de consumo, en cambio, se alarga la adolescencia hasta edades que deberían ser propias de comportamientos adultos. El adolescente tiene un protagonismo en la sociedad y no deja de ser un objetivo importante del consumo. En una edad en la que todavía hay muchas inseguridades e incertidumbres, en que lo que piensan o dicen los compañeros tiene más valor que el que pueden decir la familia o los profesores, en el que se idolatran ídolos deportivos, musicales o virtuales, se está recibiendo un bombardeo de estímulos que el cerebro joven a menudo no puede asimilar.


Adolescentes rebeldes e inconformistas han existido desde que hay adolescencia, y es necesario transitar por esta etapa y poner en juicio los valores personales, familiares y sociales para poder fortalecerse y tener criterios propios y de esta manera ser adultos autónomos, responsables y felices. Los ídolos musicales, los deportistas, las tendencias de moda juveniles, el alcohol, los tóxicos, las fiestas ... no son nuevos de ahora, pero sí hay un factor nuevo que perjudica de manera sustancial los adolescentes actuales: las redes sociales .


El uso de internet y las redes sociales que aportan a nuestra sociedad una serie de ventajas, comodidades y desarrollo positivos, pero pueden ser, un factor muy perjudicial para los jóvenes, no sólo por la adicción que generan sino que por el acceso a información perjudicial que les facilita o los valores que los muestra.


  • Que un youtuber adolescente gane mucho más que una persona formada con años de experiencia profesional no favorece la cultura del esfuerzo.

  • Que haya webs que hagan apología de la bulimia o la anorexia, y las muestren como un estilo de vida y no como una enfermedad, es una vergüenza.

  • Que redes como Instagram acepten cuentas como "paraíso Ahumada" que son una incitación al consumo de cannabis es imperdonable.

  • Si bien es cierto que es tarea de familias y educadores trabajar con los jóvenes en las aulas y en casa el uso de las redes e internet, saber poner límites y hacer un buen uso, también es cierto que para aquellos jóvenes que, por motivo que sea, tienen un malestar personal interno y una adolescencia difícil, las redes les perjudican y frenan su proceso terapéutico.


El aislamiento domiciliario recomendado por algunos psicólogos a familias de hijos consumidores de cannabis, el control de la comida y el baño, para jóvenes con TCA, el cierre con llave de medicaciones u objetos que puedan permitir la autolisis ... son consejos que caen en saco vacío cuando a pesar de estar aislados en casa, las redes les explican cómo acceder a todo lo que en aquel momento, porque no están bien, desean.


Es por todo ello en que hay momentos, cuando la enfermedad del joven ya le ha llevado a deteriorar mucho su vida social, personal y familiar, que el aislamiento sólo se puede hacer fuera del entorno familiar y habitual, y hay el ingreso a un centro terapéutico donde no haya ningún acceso a las redes, que suponen a menudo un motivo de recaída o freno en su recuperación y proceso terapéutico ... Aislarse durante un tiempo de los estímulos negativos para recuperar la autoestima que tienen muy deteriorada, recuperar los valores perdidos y poder aprender las herramientas para ser felices, y por qué no ?, para poder volver a hacer uso de las redes cuando se recuperen, pero no un uso tóxico, sino un uso positivo para su formación personal, su desarrollo profesional o, incluso, a fin de crear nuevos vínculos y relaciones positivas.


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