Querido hijo/a,
Sé que probablemente, en ese momento de tu vida, mis palabras te resbalaran. Sin embargo, soy consciente de que todos somos ciegos a nuestros defectos, y necesitamos que las personas que nos aman nos los hagan ver y así poder hacer algo con ellos. Te escribo, por tanto, desde el amor y la esperanza de que mis palabras te sirvan para reflexionar, en un momento de tu vida en el que todo parece estar al revés. Espero ser capaz de captar tu atención e interés. Mi intención es plantearte una serie de cuestiones sobre las que va bien reflexionar en momentos en los que estamos desorientados para que encuentres tus propias respuestas.
Creo que inconscientemente solemos engañarnos todos, pero en nuestro inconsciente sabemos la verdad. Cuando disfuncionamos sentimos un malestar interno evidente. Dejemos de estar bien con nosotros mismos porque sabemos que nos hemos fallado a nosotros mismos. Y eso es algo que nadie puede permitirse porque, cuando te fallas a ti mismo, puedes huir a la otra punta del mundo, o buscar evadirte con mil cosas, sanas o insanas, pero la mierda sigue dentro recreándote se, agrandando y campando sus anchas. Y cuando uno no está bien consigo mismo, no se puede dar lo que necesita y mucho menos puede dar nada a los demás. Por tanto, lo más importante es intentar trabajar la autoestima en primer lugar.
En este trabajo de autoestima, existen determinados obstáculos que nos complican el camino. Por un lado, los humanos tendemos a buscar la opción más fácil siempre, sin ser conscientes de la gran limitación que nos impone la señora pereza, un potente virus que no nos permite tomar las decisiones que debemos tomar. ¿Crees que la pereza pueda estar haciendo mella en ti y limitándote de alguna manera?
Otro error humano, es pensar que la culpa de todo lo malo que nos pasa es de los demás. Esto no sólo no es cierto, sino que nos hace perder poder personal. Si yo no tengo responsabilidad personal en nada de lo que me pasa, no puedo cambiar nada, por tanto, no tengo el control de mi vida y lo dejo en manos de los demás (mi superior en el trabajo, la pareja, la familia, los amigos...), colocándome en una posición de víctima que no me permite salir de dónde estoy. ¿Crees que lo estás haciendo las cosas tan bien como sabes y puedes, y realmente son los demás quienes no tienen nada más que hacer que meterse en tu vida para fastidiarte? ¿Qué interés pueden tener por ello?
Cuando estés enojado, ten presente que las palabras no se las lleva el viento. Las palabras pueden cambiarnos la vida por bien o por mal. ¿Quieres ser un tipo de persona que utilice la agresividad verbal para "defenderse" de un "supuesto ataque" o, por el contrario, quieres ser una persona ecuánime que trata de resolver conflictos por medio del diálogo, la empatía y el respeto? ¿Cómo calificarías a alguien que utiliza estos medios? ¿Crees que cuando alguien está muy enojado es momento de actuar y tomar decisiones o, por el contrario, puede ser beneficioso aparcar el tema para cuando puedes pensar con mayor calma y objetividad? Reaccionar con nuestros instintos animales primarios, en lugar de pensar en cuál es la mejor respuesta a una acción de otra persona, es origen de conflictos de diversa magnitud, muchos de los cuales dan resultados que destrozan víctima y agresor de por vida. ¿Vale la pena? ¿O es mejor esperar y pensar antes de hablar y actuar?
Otra pregunta que creo debes poder responderte es: ¿dónde está la diferencia entre el uso y el abuso? Se considera que alguien es adicto cuando no es capaz de limitar el uso/consumo/... de su objeto de adicción, y esta extralimitación perjudica su salud, su autonomía personal, su desarrollo personal cotidiano (trabajo, estudios , etc.). .) ya sus relaciones personales. Además, cuando la persona no tiene acceso a su objeto de adicción (droga, relación amorosa, consola, móvil,... o lo que sea en cada caso), sufre un síndrome de abstinencia que le lleva a buscarlo a toda costa, sin importar los medios, ni los riesgos que comporte para el bienestar o el de otras personas. Tampoco acepta que nadie le haga ver que sufre una adicción y se pone a la defensiva cuando alguien lo hace. Según esta definición objetiva, ¿crees que actualmente tienes alguna adicción?
Una vida equilibrada y, por tanto feliz, comporta que todos nuestros "vasos comunicantes" deben estar llenos por encima de un mínimo necesario (salud, familia, pareja, amigos, trabajo, aficiones,...) Cuando uno está por encima del volumen máximo y otros por debajo del mínimo, surgen los problemas y la vida se complica. ¿Crees que todos tus vasos comunicantes están suficientemente llenos?
Respeto de la felicidad. ¿Qué crees tú que es la felicidad? ¿Dónde la buscas? ¿tu felicidad depende de algo externo a ti que puedes perder en un momento dado? Si es así, no sólo no lo conseguirás nunca, sino que puedes llegar a ser muy desgraciado/a. Ojalá pudiera tocarte con una barita mágica para que pudieras oír y comprender desde tu interior que la felicidad reside sólo aquí y no en otra parte. Sé que cada uno debe experimentar mucho dolor antes de aprender esto y que nadie nos lo puede enseñar. Ojalá puedas aprenderlo antes que yo.
Respecto a la trayectoria vital de cada persona, creo que la diferencia entre lo bueno y lo malo la marcan los resultados que obtenemos con nuestras decisiones personales. Cuando los resultados que obtenemos nos son satisfactorios, esto significa que las decisiones que hemos tomado eran buenas. Podrán agradar más o menos a los demás y esto no tiene ninguna importancia. Pero cuando los resultados que obtenemos NO son satisfactorios para nosotros o para nuestro entorno, entonces debemos revisar las decisiones que estamos tomando. ¿Crees que estás tomando buenas decisiones en todos los ámbitos de tu vida (relaciones personales, estudios/trabajo, administración del dinero, hábitos de vida, cuidado de tu salud,..)?
Analiza tus relaciones personales con las personas que quieres. ¿Cuidas a las personas que quieres, te interesas por ellos?, ¿procuras adaptarte a sus necesidades alguna vez, o te interesas tan sólo los utilizas cuando los necesitas tú? La calidad de nuestras relaciones personales y el tipo de vínculos que establecemos habla de quienes somos. ¿Tus relaciones son sanas y equilibradas? ¿Aportas tanto como recibes? ¿Existe un respeto mutuo basado en el cariño? A veces esperamos mucho de los demás, sin pararnos a analizar lo que estamos dando nosotros, o si aceptamos a los demás cómo son o intentamos que sean como a nosotros nos gustaría. Éste es un motivo de infelicidad permanente.
Llegados a este punto, si te has respondido todas estas cuestiones con sinceridad, seguramente puedes encontrar el origen del caos en el que actualmente te encuentras. Todos pasamos momentos de desorientación, pero no vale mirar hacia otro lado y simular que no pasa nada. Pensar que cuando encuentre un buen trabajo todo va a cambiar. Cuando tenga pareja todo va a cambiar. Cuando.......... todo cambiará. La vida no es así. Si la autoestima, la autodisciplina, el coraje y las ganas no se trabajan y se enfocan a un objetivo claro y definido, puedes estar años dando vueltas y encadenando malos días que te llevan más y más abajo, y lo sabes muy bien. Tómate el tiempo que necesites para reflexionar y empoderarte, y coge las riendas de tu vida antes de que caigas tan abajo que te cueste años remontar. Sabes que esta posibilidad está ahí y es un peligro real. ¿Lo quieres para tu vida?
En esta vida sin cometer muchos errores pero es necesario aprender y no repetir. Puedes caer 1000 veces pero tienes que levantarte 1001. Si haces las cosas bien, tendrás la familia al lado por lo que necesites, sino tendrás que espabilarte solo/a y afrontar las consecuencias de tus decisiones. Para bien o para mal, es la forma en que la vida nos permite aprender cuál es el camino.
Tu madre que te ama
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